Sapporo, Japón, estoy frente al equipo del Instituto para el Avance de la Sostenibilidad (Institute for the Advancement of Sustainability – en inglés) de Hokkaido University. El objetivo, compartir nuestras estrategias para fomentar la educación ambiental en las universidades (Foto 1). El idioma, inglés como lengua franca. La pregunta, ¿qué significa administrar la naturaleza y cuál es su relación con la sostenibilidad? Me alegro de compartir mis reflexiones para responder a tal pregunta.
Plantear el significado de lo natural
Exploremos el significado de «naturaleza» dentro del siguiente espectro. Por un lado, la naturaleza como un lugar caótico, inhóspito – a ser transformado para nuestro bienestar. Por otro lado, la naturaleza como un paisaje invaluable por su belleza salvaje – a ser protegido de nuestro impacto. A pesar de ser polos opuestos, el principio detrás de ambos es el mismo: «el humano es el fin de la naturaleza». Lo anterior, nos obliga a existir en dos mundos: el natural y el humano [1]. Sin embargo, si ponemos en perspectiva la humanidad y los 4.5 billones de años de historia del planeta, es posible reconciliar ambos mundos en uno solo. Así que la naturaleza es el entorno que nos rodea, incluyendo al humano, abarcando desde la ciudad hasta los corales, comprendiendo tanto el jardín como la selva, sin distinguir entre los campos y los glaciares [2]. Con base en la definición anterior, es posible entender la administración de la naturaleza como el conjunto de acciones destinadas a fomentar el equilibrio socio-ecológico [3].
Recordar la definición de sostenibilidad
Ahora recordemos la definición de sostenibilidad o desarrollo sostenible. La definición más citada es la de Nuestro Futuro Común, también conocido como el Reporte Brundtland: «el desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades.» Dicha definición se caracteriza por incorporar una dimensión generacional al debate sobre el progreso. Nuestro Futuro Común fue publicado en 1987 en respuesta al llamado a hacer la paz con el planeta, durante una década en la que los dos mundos, el natural y el humano, parecían ser irreconciliables.
Un medio, un fin
A continuación analicemos la relación entre los conceptos descritos previamente. La gestión de la naturaleza y el desarrollo sostenible están entrelazados; el primero podría ser a la vez un fin y un medio para el segundo. Hacer la distinción a veces es difícil, pero es clave para mantener la coherencia. Por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, son un llamado a la acción para ponerle fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos. Entonces, la naturaleza hace parte del llamado, pero a su vez podría ser un medio clave para avanzar en cada una de las metas. Sin embargo, los ODS omiten dicha conexión. En consecuencia, hay metas que podrían ir en contra del llamado a la protección del planeta, como la 13.1: «Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los peligros relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países». Avanzar en la meta 13.1, sin considerar la naturaleza, podría priorizar estrategias de adaptación como represas, diques, malecones, entre otros, que cortan la conectividad hidrológica. En respuesta, la meta podría fomentar estrategias de adaptación, como la infraestructura verde y las soluciones basadas en la naturaleza.
Aunque las agendas globales, como los ODS, son imperfectas, a su vez son esenciales, ya que nos entregan un contexto general de la sostenibilidad, ver gapminder.org. Además, los ODS funcionan como un marco de referencia global, como lo pude confirmar con mis contrapartes en Japón; ellos, al igual que yo, utilizan los ODS como herramientas para implementar estrategias adaptadas al contexto local. Finalmente, creo que la relación entre la administración de la naturaleza y el desarrollo sostenible también depende de nuestra capacidad de renunciar al dualismo entre la naturaleza y el humano. La idea anterior nos permite actuar de manera que podamos vivir, no solo en lo natural o en lo humano, sino en el hogar que los incluye a ambos hoy y en el futuro.

Referencias
[1] Barry Commoner, Making Peace with the Planet, New York: Pantheon Books, 1990
[2] William Cronon, ed., Uncommon Ground: Rethinking the Human Place in Nature, New York: W. W. Norton & Co., 1995, 69-90
[3] Chapin, F. S., Stephen R. Carpenter, Gary P. Kofinas, et al. 2010. Ecosystem Stewardship: Sustainability Strategies for a Rapidly Changing Planet.» Trends in Ecology & Evolution. 25 (4):241-249;
[4] Hole DG, Collins P, Tesfaw A, Barrera L, Mascia MB, Turner WR. 2022. Make nature’s role visible to achieve the SDGs. Global Sustainability 5, e8, 1–6. https://doi.org/ 10.1017/sus.2022.5
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